martes, 21 de junio de 2011

El deseo... ¡Y la fiesta!


Revista Transversales está mandando a la imprenta su primer número y organiza una fiesta para financiarse. ¿Qué hago, voy? ¡Sí! Va a haber alcohol, cosas ricas, proyecciones, música en vivo, y mucha música, hasta altas horas... ¿Dónde? Espinosa 948 (casi Gaona). ¡Nos vemos!

jueves, 16 de junio de 2011

Forever Jung


se recomienda ponerlo en "pantalla completa" (ícono a la izquierda
de la palabra "vimeo")

martes, 12 de abril de 2011

Aromaterapia

"La aromaterapia es parte fundamental de la psicología" reza el Doctor Olerosa al iniciar sus conferencias en el extranjero. Y aunque esta nueva rama de las terapias alternativas no tiene actualmente el reconocimiento que merece, se espera que en los próximos años su “esencia” se haga sentir en las más importantes universidades del mundo.

Olerosa explica "Muchos creen que la aromaterapia consiste sólo en prender sahumerios, pero pecan de ignorancia. En realidad es mucho más que eso: preparar un ambiente, airearlo, ubicar el sahumerio adecuadamente y, finalmente, prenderlo ¡y en el orden exacto! Saben, han ocurrido catástrofes por psicoaromoterapistas novatos que no iniciaron el tratamiento con el aroma adecuado... muchos juicios de mala praxis... en fin, chantas que hacen un mal nombre a la aromaterapia". El caso Keagan, también conocido como "narices sangrantes", hizo perder credibilidad a la aromaterapia en la década del 70. Murphy Keagan, practicante neófito, calculó erróneamente las dosis y provocó la sobrearomatización y muerte de tres pacientes en un mismo mes. Costó mucho a la aromaterapia recuperarse de semejante desliz. "Hoy en día la investigación y las pautas de seguridad han mejorado mucho. El índice de mortandad por aromas se mantiene por debajo el 40% de los casos" Tranquiliza Olerosa.

Un poco de historia:

La terapia en base al aroma tiene sus fundamentos en las milenarias ciencias de los monjes bolchevistas que mediante el uso de fragancias psicotrópicas alcanzaban el estado de revolución bolivariana. Científicos modernos descubrieron los verdaderos componentes de las fragancias que utilizaban, y resultó que éstas consistían fundamentalmente en una mezcla más o menos homogénea de opio y bosta de ñandú. Algunas sectas Bolches, todavía practican en la actualidad algunos ritos paganos de aquellas remotas épocas.

"La aromaterapia sufrió un vuelco de 360 grados en el siglo X con la invención del alambique” relata el Doctor Olerosa con voz potente y penetrante, “pues con él, no solo se encontró una manera de destilar fragancias, sino también de destilar alcohol. Es decir, irónicamente, a partir de entonces, la gente se podía poner en pedo, y oler divinamente al mismo tiempo

Tampoco podemos dejar de lado el almizcle, base fundamental de cualquier buen perfume. El almizcle es esencialmente un desecho, y literalmente orín de ciervo. Ideal para fijar los olores, el almizcle es también recomendado por algunos aromaterapeutas como tónico revitalizante, como gel para potenciar el crecimiento del cabello, o como cura contra algunos tipos recidivantes de gigantitis testicular”.

Actualmente, la aromaterapia ha crecido enormemente tomando prestados conceptos de otras disciplinas para reinventarlos al abrigo de sus perfumes. Recientemente los avances de esta ciencia en el campo de la salud mental derivaron en la creación de gabinetes olorodiagnóstico-terapéuticos en numerosos hospitales de Zona Sur. "Mediante la toma y apreciación de las fragancias emanadas a través de los poros de la epidermis de los internos se puede determinar la causa etiopática del trastorno y su correspondiente tratamiento por seguir". El mismo Doctor Olerosa, luego de meter narices en un frasco muestrario, dictamina: "Se trata aquí indudablemente de una mujer que está preparada para una agresión sexual o de un hombre eunuco de una homosexualidad reprimida hiperintensa. Es imperioso que se comience cuanto antes un tratamiento de dos horas semanales de esencias de jazmín por las mañanas y cochinchillas de tilo a las nueve de la noche. Que vuelva a la consulta en tres meses para un seguimiento."

Para alegría de muchos pacientes que buscan solución a su padecer y enfurecimiento de médicos y psicoanalistas escépticos que pierden terreno, la aromaterapia llegó para quedarse. "Aunque todavía esta disciplina sea resistida y considerada pseudo-ciencia los próximos avances sólo confirmarán lo que hemos venido diciendo. El olor de la ajena fama, al envidioso atafaga" concluye Olerosa.

jueves, 3 de marzo de 2011

¡Taller de lectura de El San-Pedrito!


Taller de lectura de

El Anti-Edipo

Capitalismo y esquizofrenia I

de Félix Guattari y Gilles Deleuze

Lunes, cada catorce días, de 18:00 a 21:00 horas.

Facultad de Psicología de la UBA (Av. Independencia 3051).

Inicio: 11 de abril.


En el TLAE Psico 2011 trabajaremos «desde cero» con el capítulo I «Las máquinas deseantes» y II «Psicoanálisis y familiarismo. La sagrada familia».

Contacto: tlaepsico2011@gmail.com

Dinámica de funcionamiento

La dinámica de funcionamiento es horizontal, o sea, sin dictado de clase. Si bien hay un cronograma pautado de antemano, el cronograma sirve de guía. El desarrollo concreto del trabajo lo determina en cada caso el grupo concreto que trabaja. En cada encuentro, el grupo decide qué páginas del libro se trabajarán en el encuentro siguiente. Cada integrante se enfrenta a esas páginas individualmente y, en cada encuentro, se lee en voz alta, línea por línea. De esta manera articulamos lecturas individuales con lecturas colectivas. Cada reunión tiene tres horas de duración, con un intervalo de quince minutos de descanso. Trabajamos intentando realizar, de manera rotativa y al final de cada parágrafo, un resumen que funcione como síntesis parcial del transcurso del taller.

Propuesta metodológica

El trabajo procura ser inmanente, problemático y transdisciplinario. Inmanente al texto en cuestión, en tanto que se intenta, al menos en primera instancia, no entrar en discusiones que presupongan lecturas de obras posteriores de Deleuze y/o de Guattari, ni de obras coetáneas de otros autores (sí, en cambio, se estimula el trabajo con obras previas y/o coetáneas de los propios Guattari y Deleuze, ya sean libros, artículos, entrevistas, clases y/o conferencias). Problemático en relación a los temas abordados, en tanto que se orienta el esfuerzo de comprensión hacia la lógica de los conceptos creados en el libro y hacia el mapeo de los problemas concretos a los que esos conceptos intentan responder. Y transdisciplinario en cuanto al modo de abordaje de esos problemas: conspiramos contra la compartimentación del saber en disciplinas específicas puesto que El anti-Edipo presenta problemas irreductibles a una sola de ellas (sea filosofía, psicoanálisis, economía política, sociología, antropología, historiografía, artes o ciencias). En base a este tercer aspecto del taller (la transdisciplinariedad), alentamos la participación de personas interesadas en las más diversas disciplinas y oficios, sean o no profesionales, estén o no vinculados directamente al ámbito universitario.

lunes, 21 de junio de 2010

sábado, 29 de mayo de 2010

COLECTIVERO, PITO CHICO


un estudio sobre la significancia del falo en el transporte público

Magno y largo su pasar
marca en caucho el territorio
Un bocinazo es el jolgorio:
Nuestro monstruo popular.

Negros humos de sus fauces,
henchido de virtud y presencia,
el más pija de la calle
Colectivo, argentina esencia.
[...]

Así rezan las palabras del poeta español Cornelio Dios Peza cuando, en su salto al encanto, dibuja el perfecto soneto del ícono nacional. ¡Cuánta significancia, cuánto símbolo y émbolo ronda las calles! ¿Cómo no merece la atención?
La mirada quirúrgica que nos brinda el psicoanálisis va a revelar, una vez más, un saber que profundamente existe en todos y sin embargo, permanece (no sin razón) oculto, ignorado. Continúe leyendo, no se tome el bondi y las conchas del lenguaje brindarán nuevamente sus blancas perlas rodadas.

Una de la tarde en la metrópolis porteña. Mucho calor, alquitrán, fumarolas tóxicas, bocinas, autos, calle, la parada. Un particular sonido neumático abre las puertas y nos invita a subir. Se ha abierto un agujero en lo real. Ya dentro, lo primero que vemos es un grasoso hombre, camisa celeste y prominente mostacho, que bajo sus gruesas cejas nos mira de reojo ansioso de arrancar y no perder el verde:
el colectivero. Peculiar personaje de nuestra vida diaria, todos los días mantenemos algún tipo de contacto con él, aunque sea tangencial y fortuito. Pero, ¿cuánto sabemos realmente de él?

Profesión encarnada por hombres de ley y carácter, ningún pollito se atrevería a tomar el gran volantón con dos manos y maniobrar la firme palanca de cambios (ahora en extinción). Muchos espejos de diversas formas circundan en ornamento a la cómoda butaca en la glande del mayor símbolo fálico nacional. Hombres de ley y carácter, sí, pero también portadores de un claro complejo de minusculidad que se resuelve en esta necesidad de manejar el vehículo más grande.
¿Acaso estaríamos aseverando que todo colectivero es portador de un pinito o pilín (pene de masa escasa)? Definitivamente sí. Las excepciones no se aplican a este caso; nuestros estudios remiten a verdades tales como las formuladas por Freud, con la existencia del inconsciente y por Lacán, con su peinado Bogo-Bogo como sustitutivo del "mhm".

"Un pasito para el fondo" Nos insta Mr. Colectivero. ¿El fondo de qué?, nos preguntamos nosotros. Cuál es, si es factible de enunciar, el fondo de la cuestión. ¿Es aquel fondo de las cavidades rectales? ¿Acaso el colectivero nos está pidiendo a gritos una penetración? ¿Acaso es un empuje (en el sentido del Drang) hacia el fondo de lo reprimido, que quiere salir a la luz (o del closet)?
Como la paciente Anna O, que decía "no puedo caminar" cuando en verdad su deseo pedía a gritos que el padre le practicase cópula salvaje, el colectivero, en su demanda de compresión de los pasajeros, está clamando por cópula salvaje de todos los viajantes a la vez (ecuación simbólica fondo=ano mediante).

Pero aún hay más, pues el fondo no es el término de la cuestión. Falta bajar y para eso uno tiene que “descender por atrás”. Necesariamente se tiene que haber pasado por la fase anal para poder salir de un bondi; el control de esfínteres es imprescindible para mantener una suerte de sentido del bajar/no bajar. Hay que saber cuándo bajar, y el pequeño botón adherido al barandal es después de todo una llamada, una demanda dirigida al Otro. Será el colectivero, con su complejo de “p” minúscula, el que decidirá finalmente el sentido de nuestra demanda. Y cabe aclarar, que no siempre estará dispuesto a atender nuestro pedido. Pues para saciar su ímpetu perverso, en incontables ocasiones, don juan pasajero se verá forzado a rebajarse a un mero instrumento del goce del Otro. Reconocemos en el pedido de “Parada”, un palmario ejemplo de aquello que se conoce como “violencia simbólica”. ¿Qué queremos decir con esto? ¿Acaso queremos descender del colectivo? ¿Por qué no decir, entonces, “quiero bajar del colectivo”?

¿No será que, en realidad, estamos elevando los montos del goce del colectivero? ¿Acaso no resulta evidente, que detrás de este aparentemente inocente pedido ("parada pofavó" ) , se haya velado el glande rígido y tumefacto de alguien más? ¿Y quién otro podría ser éste personaje, sino aquel que tiene “la mano en el asunto”? Efectivamente, todo remite de vuelta al colectivero.

Así como Esquilo sabiamente dijo alguna vez "toda el agua de los ríos no sería suficiente para lavar la mano ensangrentada de un homicida ni la bombacha roja de menárquica puber triste", podremos ahora volver a la calle, mirar al horizonte rosado y al albor fino llegará nuevamente, todos los días, el fulguroso ómnibus potente, cual potrillo de batalla en celo, rechinando sus duras gomas, enterrando hollín en el cielo, mirándonos con desdén entrante y significándonos al paradero.

Lucho Aguirré Gonzales de Tombson

viernes, 7 de mayo de 2010

LEY BUNGE APROBADA EN EL SENADO

El senado aprueba por mayoría especial la “Ley Bunge”

Buenos aires.- El jueves pasado se ratifico en el senado de la nación la ley 4943-bis, mejor conocida como la “Ley Bunge”. Ésta disposición, que se espera entre en efecto a más tardar a principios de Julio de éste año, prohíbe de manera efectiva e inmediata el ejercicio de cualquier tipo de actividad psicoanalítica. De ésta manera, quedarán penadas, entre otras actividades: la interpretación de los sueños, hacer notar actos fallidos a personas ajenas, culpar a los padres por los trastornos psicológicos de uno, envidiar penes, o suponer que los niños nacen del ano por defecación. Las penas por participar en algún tipo de actividad psicoanalítica van desde los 5 años de encarcelación sin derecho a fianza, hasta la impalación en una plaza pública, en aquellos casos extremos en que quede comprobado que se actuó bajo los influjos de una relación transferencial.
Aunque no sin una cierta polémica, la medida ha sido bien recibida por la sociedad en general, y sobre todo por los 6 miembros que integran la Asociación de Psicología Científica de Argentina (APCA). En un comunicado especial, el Dr. Bunge declaró sentirse bastante conforme con la disposición: “Me siento bastante conforme con la medida. Quiero decirles a todas aquellas personas que aún defienden al psicoanálisis, que no descansaré hasta erradicar al psicoanálisis de la faz del orbe, hasta bañarme en la sangre de mil psicoanalistas, hasta defecar en el cadáver putrefacto de Freud, y bailar desnudo alrededor de la facultad de psicología mientras ésta es consumida por las llamas… JA-JA-JA ” Declaró el Dr. Bunge.

martes, 4 de mayo de 2010

jueves, 21 de enero de 2010

LOS REGALOS

En la vida uno recibe regalos. Regalos pequeños, grandes, gigantes, minúsculos imperceptibles. Suspiros regalados y un flato que no puede menos que haber sido presente (aunque el occidente así no lo siente). Regalos que no lo son y no-regalos que lo son. Regalos medidos con taza china de té, regalos desamarrados, imposibles.
Durante el transcurso del martes recibí regalos… y no, no era mi cumpleaños. Era un día como hoy o cómo lo será mañana. Pero con regalos, oh sí. Preciosos y molestos regalos. Fueron los regalos de antaño, broncíneos, papafríteos, piña en la panza, maratóniteos y fundamentalmente regalos adjetivos (y todo lo anterior).

Un regalo es en esencia un objeto de intercambio, diría Levy Strauss, pues todo regalo implica y compromete al agasajado, y lo obliga a devolver, en un tiempo futuro no muy lejano, otro regalo a cambio. Un regalo también es un mojón de mierda, diría Freud, pues todos somos seres egoístas, y nadie quiere entregar nada sin recibir nada a cambio. Todo esto nos lleva a pensar que el que recibe un regalo queda constreñido a devolver algo a cambio, y el que no caga de vez en cuando, se constriñe. ¡No podría ser esto ni un poco más claro!

Históricamente, las mujeres fueron el primer objeto-de-regalo; monopolio institucionalizado por el hombre desde tiempos inmemorables. En la antigüedad la vida era mucho más ardua, y el trabajo mucho más riguroso. El hombre pasaba horas recolectando un mísero canasto de frutos podridos, o días enteros cazando a un escuálido antílope, o largas semanas arando la tierra con sus propias renegridas manos.
Las evidencias arqueológicas indican que en aquellos tiempos resultaba más económico regalar una mujer que una hogaza de pan. Recibir una mujer, obligaba a entregar a una mujer. En aquellos tiempos, éste sencillo precepto no era tanto una cuestión de aquiescencia con el otro, sino más bien, un principio básico de supervivencia.

Según la biblia Dios fue el primer dador de todos los tiempos. Las escrituras no son del todo claras, sobre todo en lo que respecta a todo aquello que acontece “antes del principio”, pero todo indicaría que fue en ocasión del primer cumpleaños de Adan que Dios le entregó a una compañera como regalo. No lo sabía entonces aquél cándido mancebo, pero Eva habría de costarle una costilla. Y es que ni siquiera Dios entrega obsequios sin pedir nada a cambio. Algún día nos dio la vida, y algún día la ha de querer de regreso. Dios nos prodiga una mujer, y la mujer nos pide un hijo. Nuestro pequeño hijo nos llama “papá”, y después nos pide un juego de video, vacunas o incluso un automóvil para su cumpleaños.
Éste más que sombrío panorama nos lleva a pensar que todo regalo es más bien una suerte de préstamo, con tasas de interés variables.

El regalo es un perpetuo juego de dádivas y ofrecimientos; un sutil simulacro de sorpresas y máscaras boquiabiertas. Lo que se instituye con el don del regalo, es la fiesta del regalo.

Regalo y envoltorio son dos caras de una misma moneda, hecho que desde siempre comprendieron los burúes de Costa Azul. El regalo es alegría envuelta, afecto encubierto, lo impredecible en ropajes predecibles, novedad ceñida de tela, papel, u otra cosa análoga. Regalo: cosa que alegra. Que Regalo significa que Alegro. Por eso son anagramas. Y esto vale para todo objeto del deseo que, aunque des-cubierto y desnudo desilusione, es igualmente aliciente espiritual para regodeo de algún otro. Regalar es envolver el ser del que regala para calcular su recepción en quien recibe: es en-volver, o sea volver-en el otro: en su mirada del regalo, en sus gestos, en sus palabras de agradecimiento o de agradecimiento fingido.

Creo que el día que al cumplir años regalemos nosotros mismos a nuestros invitados, tal como hacen los Hobbits. Creo que ese día seremos más pequeños. Y tendremos pies más peludos. Y nos ganaremos a Gandalf.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Aprendiendo con el Doctor Larusso

(La siguiente es una desgrabación de una clase magistral de pscopatología Weymart dictada por el profesor Larusso en Febrero de 2009. Aula Magna, Facultad de Psicología, UBA)

Buenas tardes jóvenes alumnos, hoy vamos a hablar de uno de los síntomas más peculiares del síndrome de Tourette: La coprolalia (También conocido como hablar mierdas), del griego κόπρος, que significa 'heces' y λαλία 'balbucear'; es la tendencia patológica a proferir obscenidades.

La coprolalia es un síntoma de mierda, para decirlo en términos psicoanalíticos. En el DSM-IV lo encontramos en la clasificación de Trastornos relacionados con el Baño o Toilette: fíjense qué estupidez, asociar las heces únicamente al inodoro –cosa de yankis. En fin, el DSM-IV nos ilumina diciendo que “(…) La incapacidad de controlar la vocalización puede conllevar la degradación de la vida social y laboral.” Muy lindo ¿no? Los yankis (y sus secuaces diseminados por todo el mundo) se quedan muy contentos con esta explicación, y no dudan en sumarle a la dosis de Rivotril unas pastillas de carbón, cosa de que la coprolalia disminuya y se llegue a la constipación total del dicurso...

Otra entrada en el Manual Cognitivo-Conductual para Ratas y Sujetos versa:

“Algunos pacientes han sido tratados inyectándoles toxina botulínica junto a las cuerdas vocales. Esto no evita el habla, sino que produce una parálisis del flujo de líquido encéfalo-raquídeo que conduce a una progresiva e irreversible muerte-cognitiva. Esto cura los síntomas principales y Doña Rosa* puede dormir tranquila de que no se proferirán más injurias del "bocasucia" (del latín bucca spurcus) de pocho.”

*Nota del traductor: traducimos como Doña Rosa a la Mrs Smith del texto original en inglés.

Pero bien sabemos que este síntoma está asociado a la verborragia. ¿Qué es la verborragia? ¿Alguno sabe? El término viene del castellano, no del latín ni del griego. Es una condensación de “verbo” y “raja”, es decir se refiere a cuando los verbos rajan y el sujeto no puede parar de hablar. Y se trata del suelo común del cual, desde al análisis del discurso, han surgido frases como “irse de boca”, “el pez por la boca muere”, “el que tiene boca se equivoca”, etc.

No más digresiones; volvamos al tema que nos convoca. ¿Qué puede decir el psicoanálisis de éste peculiar síntoma? Podríamos encarar la cuestión desde las equivalencias simbólicas teorizadas por Freud. Mojón de mierda = falo = hijo. En realidad todos éstos conceptos van de la mano: “Andate a la mierda” “Chupapollas” o “Hijo de puta”, son todas expresiones de mierda, propias de un reverendo “bocasucia”. Sin embargo, la cuestión cala más profundo. Todas estas blasfemias, ya lo veremos, se encuentran vinculadas a través de un término primordial: el objeto “a”.

El objeto “a” es el resto, la excrescencia original; defecación simbólica fundante del deseo. El objeto “a” es la mierda que motoriza el deseo, aquello que lo pone en marcha, y es también su fin, aquella entidad angustiante que se revela en sus inmediaciones. “Me mandé una cagada”, es decir, atendí a mi deseo y me acerqué a ese objeto “a”. ¿Vamos entendiendo algo? Se que es confuso, pero ya estamos llegando ahí… La coprolalia es una gran cagada, es una sucesión de ellas. Algo del deseo, más vinculado a la pulsión de muerte se manifiesta libremente. Es el objeto “a”, ese pedazo de mierda, que em-puja el deseo de insultar, y son al fin esas imprecaciones, que nos acercan al campo del objeto “a” y a la angustia derivada de él. Es un ciclo sin fin: deseo-palabras de mierda-objeto “a”-deseo otra vez. Una metonimia infernal e incesante. No importa cuántas veces o que tan enérgicamente tiremos de la cadena simbólica, en la coprolalia, la mierda simplemente no se va…

miércoles, 11 de noviembre de 2009

GODOY ES FLOGGER!

Foto no disponible por infracciones al Copyright y a los derechos de autor de los peinados Flogger, Lacán y todos los presentes
Muchas Gracias!
(Proximamente novedades)

lunes, 26 de octubre de 2009

Lacan y Doña Rosa


Lacan y Doña Rosa

Por el Lic. Gabriel Rollonga

Intentaremos dar cuenta del cruce de dos discursos que, para bien o para mal, tienen enorme efecto en nuestra vida cotidiana y en nuestra manera de pensar y actuar sobre el amor.

Como bien sabemos, Lacan formuló con una famosa y controvertida frase que “La mujer no existe”. Es decir, que la mujer como categoría absoluta, que una esencia de la feminidad, una identidad femenina universal, sencillamente no existe. “La mujer no existe, la mujer es el sueño de un hombre. Hay mujeres.” dice Lacan. Lo cual implica no sólo que no hay una mujer ideal, que no hay un arquetipo de mujer, sino que además, dado que el Falo es el significante que estructura la posición subjetiva (y es propiamente masculino), no hay un significante que soporte la pregunta sobre la mujer, que de respuesta sobre lo femenino.

Pues bien, queremos mostrar cómo esta problematización se agudiza en el campo del amor heterosexual a partir de otra frase no menos famosa y controvertida: “Ya no hay hombres”, como diría Doña Rosa (o Doña Clota). Es decir, en los tiempos actuales, no existen los hombres “de antes”, caballeros, románticos, guapos, responsables, con los títulos en el bolsillo…

Entonces, tomemos las implicancias de estas dos sentencias, suponiéndoles un valor de verdad: si la mujer no existe y ya no hay hombres, ¿qué será de la humanidad? ¿Acaso nos encontraremos en vías de una ineludible extinción? Si el sujeto mengua, ¿qué pasa con la lengua? ¿Reinarán los insectos? ¿Llegará el día en que las cucarachas nos paguen de vuelta con su pisotón fatal? !¿Podría ser todo esto otra cosa más que la maquiavélica conspiración que las cucarachas urden en nuestra contra?!¿Deberíamos de correr a lo de los chinos a comprar RAID? ¡No!, tranquilidad, evitemos que las divergencias paranoicas nos desvíen de nuestra cuestión fundamental (de las cucarachas nos ocuparemos luego, malditas).

Más aún, si ni el hombre ni la mujer existen, entonces el conocido enunciado “La sexualidad humana no existe” toma una significación más clara. Entonces: ¿qué es aquello que realmente hacen los sujetos cuando suponen que están teniendo relaciones sexuales? Ciertamente no es el amor lo que hacen, por que el amor, como también dejó bien sentado en algún lado Lacan, tampoco existe. El deseo, podrían pensar algunos, es la solución mágica ante éste callejón sin salida. Pero el deseo es el deseo del Otro, y si ni el hombre ni la mujer existen, ni tampoco la relación sexual entre ellos, entonces ¡¿De qué deseo del demonio estamos hablando?! (estas cucarachas ya deben de estar comenzando su complot mundial y afectando con sus antenas nuestro juicio y razón, malditas).

Arribamos, por ésta vía regia, a la inevitable conclusión, de que no existe la mujer, ni el hombre, ni el sexo, ni el amor, ni por ende, el deseo. ¿Existiremos también nosotros? (¿donde habré dejado mi alpargata? ¿O se habrán hecho resistentes también a los zapatazos?) ¿Existirá la existencia del existir? ¿Existirán las maléficas cucarachas que traman nuestra aniquilación? Quizás aún más fácil, y tranquilizador, y productivo, que esta vana interrogación existencial, sería considerar que aquél que nunca existió fue el mismísimo Lacan, y sin darle mucha más importancia a sus desquiciados enunciados, así como ignoraríamos los dicharachos seniles de una doña Rosa (o doña Clota), nos dedicáramos simplemente a seguir amando, deseando y fornicando hasta la muerte. Sí... tranquilizadores pensamientos, estaríamos todos felices y contentos, en paz... en la amada paz... claro, todo esto sería posible si no existiese esa maldita conspiración de las cucarachas -responsables del derribo de las torres gemelas- y van por más señoras y señores, se acercan días negros, días alados, días antenudos: las evidencias están por todas partes, los temblores están comenzando…

jueves, 22 de octubre de 2009

Llegaron las Falitas!

Galletitas de masa fina y dura para acompañar con leche
No hay merienda más sabrosa! para divertirse comiendo y chuparse los dedos!
¿Te sentís en falta? ¡Probá Falitas!

Comé Falitas... Es riqueza simbólica...
¿el Otro no te completa? Introyectate una Falita...
¡galletitas que significan!

jueves, 15 de octubre de 2009

ESTO NO ES UNA PIJA

Por Miguel Foco

El impactante miembro está ubicado al centro mismo del cuadro, atravesándolo diagonalmente apenas por sobre la proporción divina. Una tenue luz matinal lo baña de forma oblicua desde la glande y hace relucir algunas venas del tronco.

Un áurea circunda el pedazo distanciándolo del fondo, que permanece inacabadamente llano y silencioso, representando la nada, generando así el máximo contraste posible.

En la parte inferior observamos un escrito que nos liga y desliga indefectiblemente a toda representación del cuadro. Como si la pija no pudiera ser vista a la vez sobre el cuadro y como representación de la garcha. La misma, reina en el umbral de estas dos visibilidades incompatibles.

Por el hecho de que no vemos en el cuadro la nuestra o la ajena, no sabemos ni quiénes somos, ni lo que hacemos.

En el momento en el que el espectador se coloca en el campo de la chota, la mirada del cíclope lo apresa, lo obliga a entrar en el cuadro, le asigna un lugar a la vez privilegiado y obligatorio, le toman su especie luminosa y visible y la proyectan sobre la superficie inaccesible de la tela. ¿un pija o todas las pijas? ¿o acaso ninguna?

Pero el lugar del pene nos es hurtado. Exactamente al frente de los espectadores sobreviene la castración, lo nulo, lo no, lo ágamo.

Esto no es una pija, este no es un cuadro, es un espejo.
De todas las representaciones que representa el cuadro es la única visible, pero nadie la ve. La chota atraviesa todo el campo de la representación y sujeto y objeto se fusionan al hacer reflejo en el salame que se prolonga más allá de los límites del cuadro, envolviéndonos, representándonos, garchándonos.