domingo, 28 de junio de 2009

Algunas posibles respuestas al cuestionario desiderativo

Que ciertamente nos gustarían escuchar algún día… "¿Qué le gustaría ser si tuviera que volver a este mundo no siendo una persona?"

Vómito inmundo, lubricante vaginal, una milanesa de soja, el ala derecha de una paloma, ropa interior, un consolador eléctrico, rábanos picosos, la vejiga natatoria de un pez gato, el pitido de una línea telefónica ocupada, un salame grasoso y hostil, un negro, los simpson, la letra “ñ”, Drácula de Bram Stocker, un orifico anal, un transformer, formaciones del Icc, un trasvertí, energía eólica, la pata de una mesa, el sueño de un perro, un calidoscopio, la mole, una caldera imbricada de ratas, el genio de Aladino, un pelo púbico, una taxinomía, un picaporte, una lata de atún, un etcétera, un implante de silicona, un subibaja sin el sube, chauchas, una grieta en la pared, un Picachú, la tercer temporada de Lost, el tercer Reich, un hisopo usado, un boliviano, un ganso, un parche de pirata, el jamón del medio, una rata de laboratorio, uno incluido en esta clasificación, un mosaico suelto, la fuerza de gravedad, pantimedias usadas, un cuestionario desiderativo, fecundación in Vitro, un clavo niquelado, un judío, uno que de lejos parece mosca, musgo marino, 2 personas, yo no soy una persona, mi madre, tu vieja, en verdad quisiera ser tú, ¿Quién dijo eso?.

[Fuera de joda] Q.E.P.D. Svën Jürgen Volapuk. El psicólogo de Michael Jackson (1916-2009)

Trascendió el fallecimiento, a los 93 años, del reconocido Macagüense (Budapest)
psicólogo quién defendió con ahílo la bilbaína-3 como droga experimental para los casos de síndrome del amancebamiento málico (que salvó muchas vidas en la región caribeña de Rifirrafe).
Médico personal de Michael Jackson, le proveía pasta de quimo con lavandina para su dermis (Conocido como El método Boj). En sus últimos tiempos de vida, le adscribe la morfina para curar su Óbito lumbar congénito, sin evitar su rebate (¡Gorgorotadas si las hay!).
La autopsia revela que Svën murió de adipsia (falta de sed) icoteica, luego de meses de lucha contra semejante merdellón.
Lo recordaran como el mayor aeronato conocido hasta el día de la fecha. Galactófago de nacimiento, desde pequín, fue un joven lentigo. No obstante lo cual, superó rápidamente sus impedimentos nidorosos e ingresó con una beca a la Universidad Autónoma de Alcatifa (España).
Un unípede zarzagán, se enfrentó a los más duros saltaojos y logró completar sus estudios con honores. Recibiendo la medalla honorífica Príncipe Fardacho. Luengo y sin tufillas, se adscribe pupilo del hayuco xenófilo catalán Verdeo Milamores.
Afamado por su “Caso Purriela”, que escribe junto al conocido psicólogo italiano Gianluca Picatoste, fundó el Círculo de Capirucho que lideró los movimientos vanguardistas en la provincia de Birlocha (Hornachuela).
Como tesis doctoral, estudia el Síndrome de Oxirrina Occipital (teoría del sexma de las lechecillas) arribando a conclusiones inesperadas que le valdrían reconocimiento internacional y el repudio del movimiento feminista Magancés de la Roséola.
En 1945 se casó con Vernandina Pingorotuda, una revejida intelectual que conoció en su casa de campo de la ciudad portuaria de Francachela. Ahí mismo escribirá su ensayo “El taoismo y el Yak” que, en la década de los 80’, llegaría a manos de Michael Jackson, quien le brindaría su respeto y admiración.
Logró conjugar La Represión de Freud y la Forclusión de Lacán con su truculento y quisicoso concepto de El Repulco.
Tuvo su primera hija “Lidita” en 1952 y 3 años luego, nace su segunda “Carlota”.
Fue llamado por algunos “el trotaconventos de la psicología” y por otros “el garapito Wapiti del psicoanálisis experimental del yo”.
Su gran amigo y compañero, Signino Rundún dijo de él “Nunca olvidaré su lacomancia con los otros, ni su roñería jaculatororia. Recuerdo aquellas charlas de pingo y ñoclo que mantuvimos por el nocherniego de nuestras tardes del zipizape”.
Con el batintín de los años fallece su mujer de una barbirusa fulminante (En la gran epidemia de Tuetopesa) por lo que contrae segundas nupcias con Serruma Zangamana (paparrucha para los lonchas), su último gran amor.
Su segunda obra, “El hombre de las maguas” le hace ganar el adjetivo de madrero y pajerro de aquellos.
Macrodáctilo con los más indefensos, y siempre tutiplén a la adversidad (y cuándo no, tuprogne)
Siempre te recordaremos como un torloroto padre salegar que nunca ñiacarateó en sus bentos.
Descansa en paz,

Sápido maestro.
Juan Adolfo Viena.

[Esta semana se dictarán conferencias en su homenaje los días Jueves y Viernes en la sede de Independencia, 21:30hs, Aula Magna. Los oradores serán: Fariña, Laznik, Esther Goris, Slapak y Atorresi] -CONFERENCIAS SUSPENDIDAS POR LA PORCINA-

domingo, 21 de junio de 2009

1er PUESTO CONCURSO: "Fue sin querer queriendo" Un análisis a las profundidades del Inconsciente del Chavo del Ocho

Quienes nos hemos criado viendo a este peculiar personaje haciendo sus travesuras, chanfleando sus zapatos, molestando a Kiko y la Chilidrina, reconoceremos en él no menos que un modelo a seguir, un benevolente muchacho; ¿no es acaso sino un claro sustituto del padre o Dios?

Da gracia escuchar sus típicas frases "¡Pues al cabo que ni quería!...", "¡Bueno pero no se enoje!...", para entender que bajo esta icónica figura de la infancia se encuentra no menos que un sujeto de deseo inconsciente.

Existe en la frase "Fue sin querer queriendo" una revelación de un saber no sabido. Tal vez una difusa alusión a los deseos incestuosos de la fase edípica del Chavo. “Yo no he querido acostarme con mi madre, ¡más he ahí que el deseo tiene su propio curso!”. Parece ser bastante claro… Es un enunciado dirigido al padre, a aquél mítico padre ausente del Chavo: el padre de la castración. El Chavo, al ser un “niño de la calle”, no ha sido introducido al orden social; la serie de las generaciones no opera en él. El destinatario de su frase es seguramente el padre potente, aquél que pudiera poner en regla su propio mundo simbólico. ¿Acaso fumará paco el Chavo? ¡No! Ya lo vamos inteligiendo: el nombre del padre no opera en el psiquismo del Chavo ¡y es que éste vive en un barril!, en su propio mundo fantaseado, bajo su propia ordenación simbólica!…Empezamos a pensar en una psicosis…
Pero aún hay más. Si pensáramos por un instante en el sobrenombre del Chavo, podríamos visualizar un poco mejor, precisamente de qué estamos hablando. “El Chavo del Ocho” representa algo más que un número, imagino que ya lo estarán viendo, un “8” es después de todo, también un nudo. Dos aros entrelazados, que no completan la tríada borromea. ¿Qué podría estar faltando a ésta estructura psíquica? ¡Pero claro! Lo simbólico se ha soltado… Es por eso que afirmamos que el Chavo tiene una psicosis desencadenada… Por cierto que presenta más de un síntoma:

El Chavo suele quedarse paralizado, muestra síntomas de abulia.
Emplea todo tipo de neologismos, significantes desencadenados ¿"eso eso eso"?
Tiene delirios y alucinaciones visuales y son más que evidentes las perturbaciones de la voluntad.

No vamos a asignar al pobre Chavo la etiqueta del problemático de la vecindad. Y es que así como el Chavo tiene sus problemas, Doña Florinda es maníaco-depresiva, la Chilindrina es la histérica par excellence y Don Ramón no deja de hacer pasajes al acto. ¿Y no es también el profesor Jirafales un exponente de la letra de goce: ta ta ta ta ta…? ¿Tendremos derecho a llamar entonces a este contexto, propio de un neuropsiquiátrico, el factor psicopatogénico de la esquizofrenia del chavo?

Pero volviendo a la incidencia de todo esto sobre nosotros, no sería entonces desatinado afirmar que el Chavo del Ocho resulta condición fundamental para la inscripción –por la negativa- del significante Nombre del Padre en el psiquismo de la juventud de una época. Y es por eso que surte efectos simbólicos en todos nosotros, en varias generaciones, por los siglos de los siglos, mientras sigan emitiendo las repeticiones.

Recomendamos, tras este profundo análisis, quitarse las dudas leyendo los seminarios de Jacques Waldur Lacan y sus álbumes de figuritas… O ¿por qué no? quizás ir aun más allá para sanar nuestra falta… Y comerse entonces, una torta de jamón…

Por Susy Lobata

2do PUESTO CONCURSO: Tema, La Vaca



No todo lo que muge es vaca
Cosme Fulanito

Dorotea despierta esa mañana con el mal presentimiento. Tarde o temprano todas despiertan con el mal presentimiento. No tiene tanto que ver con el camión que entra al predio; ni que todos están especialmente atareados yendo de un lado para el otro, contando, marcando, llenando planillas; o que sea jueves (eso Dorotea no lo sabe), sino más bien, algo que se siente adentro, atravesándole el tercer estómago, reptándole por el pulmón, corroyéndole la aorta. Es el mal presentimiento que supo sentir su madre, su hermana y su abuela, la de mancha en la nariz.
Y hoy el mal presentimiento llega y Dorotea no sabe muy bien cómo rumiarlo. Solo sabe que está y que algo va a pasar.

Consigue un buen puesto en el camión, esto es, mirando para afuera. Disfrutar del paisaje es algo que Dorotea lleva como principio constructivo, cómo explicarlo. Dorotea es de por sí contemplativa. Entiende más de lo que todos creen y habla menos de lo que todos quisieran. Es su mirada silenciosa lo que parece acusar a los demás de todas las vilezas o los malos comportamientos. Pero ella no tiene especial apego por la acusación desmedida. Ella solo mira y comprende (o intenta comprender) al mundo.
Todo lo que usted aprendió en la escuela, todo lo que hipotetizó y pudo comprobar, todo lo que sitió como una corazonada, Dorotea ya lo paladeó, masticó, tragó y defecó.

Así que, mirando el verde primero, el cemento después, Dorotea llega a la ciudad. Y la observa.

El patíbulo es el mero inicio de lo que será una separación de los nodos que conformaban a Dorotea: el vellón, el riñón, muslo, nalga, ubre y cerebro… Se diseminan sus partes sin pena ni gloria. No sabemos dónde están los ojos de Dorotea, tan sabios, tan susurrantes de verdades.

Pero el corazón sí sabemos. Llegó a mis manos.
Lo despedacé un poco, lo embebí en sangre, lo hice bailar. Lo tiré a la basura. Decididamente a Dorotea no podría importarle menos.

Pero por alguna razón a mí sí. Por alguna razón, entre mis manos el centro de sus emociones me produce un empalagoso vértigo olor a miel. Personifico su estado vacuno en mi corazón palpitante y sufre alguna fibra mía. Fui y quizás soy Dorotea. Jugué con mi propio corazón hasta el asco.

Como quien toma prestada una camisa, tomé prestado su corazón que hoy no me deja en paz. Contemplo el paisaje apelmazado de la calle y mi cuarto estómago me pide un choripán.
En la Costanera son ricos y baratos. Y hay muchas salsas a elección.

No olvide visitar este paraje turístico y llenar su espíritu de carne argentina.
Si una vaca lo exige, ¡tiene que ser bueno!

Atte.
APaCoS
Asociación Parrillera de Costanera Sur.

Por Zaza.

123avo PUESTO CONCURSO: Inconsciente colectivo, la facultad es la pipa de Freud


Carl Gustav Jung desarrolló en 1938 la noción de inconsciente colectivo. Contrario al radical pensamiento monista de S. Freud, Jung extiende el concepto de psique al total de la sociedad o del grupo humano que conlleva un bagaje simbólico común. De esta manera, existen ciertos aspectos compartidos enraizados en el entramado simbólico del ser colectivo que pueden identificarse como inconsciente colectivo (o yo propongo colectivo incosciente, jajaja ¿? -el 160 maneja mal-). Éste resulta ausente al devenir consciente de los sujetos, pero genera actos efectivos en el conjunto de los mismos (sin que estos se enteren).
Ahora ¿por qué planteo esto y qué tiene que ver con nuestra querida facultad?
“The answer my friend is blowing in the wind” (La respuesta mi amigo en el aire) dice la conocida canción, en este caso ¡el humo que apesta los pasillos de la facultad es nuestra respuesta! -y no estoy hablando del fasssso-
Es ya conocido que los alumnos (sic) fuman en la facultad; mi hipótesis va más allá: Dentro del inconsciente colectivo de los alumnos que habitan la facultad, influidos por la alta estima con la que se maneja la teoría psicoanalítica, se ha formado de alguna manera la ecuación simbólico “facultad-freud” que deriva en “facultad-pipa” (la pipa es representante imaginario social del psicoanalista). De esta manera, inconscientemente los alumnos fuman en los pasillos para mantener viva la llama en la pipa de Freud.
Claro que hay quienes afirman que “esto no es una pipa”, y uniendo a Magritte con su marco teórico –cognitivo, sistémico, esquizoanalítico, operativo, etc.- salen a las puteadas contra el psicoanálisis para negarlo, reformularlo, tergiversarlo, etc.
Por mi parte, opino que no importa que la facultad sea psicoanalítica, mientras haya una pipa de por medio. Si la pipa está en nuestro inconciente colectivo, no interesa que algún día se nos vaya Freud… ¡mientras venga Popeye!

Por Marcos Kauderer

lunes, 15 de junio de 2009