domingo, 30 de noviembre de 2008
¿0 = Pene - Hijo?
Un equipo de investigación interdisciplinario, conformado por renombrados psicoanalistas y matemáticos, se encuentra estudiando la obra de Freud en sus complejas implicancias científicas. Al parecer, la salida “normal” de la femineidad, basada en la famosa ecuación Pene=Hijo, sería mucho más problemática, dada su naturaleza algebraica. “La igualdad Pene=Hijo implica que 0 = Hijo-Pene, lo cual nos habla de que Freud para entender lo femenino era un auténtico cero a la izquierda” explicó Claudio Godoy, miembro investigador. Y sentenció: “Nuestro trabajo tiene mucho que ver con las fórmulas pedorras que Lacan usaba para dar lógica a sus barrabasadas. En ese sentido, aborrecemos las matemáticas posfreudianas que se desviaron mucho de lo que Freud realmente quería decir. Acá somos freudianos. Matemáticos y freudianos”.
Las fórmulas fundamentales del deseo
Trabajando con el conocido postulado lacaniano de la demanda y el deseo, el equipo ha arribado a inesperadas y trascendentales elucubraciones. Tomando 2 fórmulas elementales:
1. Necesidad-demanda= deseo
2. Coger= necesidad
Y sustituyendo la fórmula 1 en la 2 obtenemos:
Coger – demanda = deseo
Coger = demanda + deseo
La demanda es la transposición de la necesidad orgánica del sujeto en el plano del Otro, es decir, un simple y llano “te quiero coger”. Por su parte, no hay signatura más clara que de cuenta del deseo de la penetración, que el pene turgente y en toda su esplendorosa erección. De aquí, concluimos, que el acto de la fornicación propiamente dicha, no es otra cosa más que la enunciación del propósito libidinal del sujeto, aunado a la erección manifiesta de un significante en lo real.
Sin la demanda, el pene erecto no es más que un desperdicio, y el sujeto debe contentarse, en el mejor de los casos, con los culos de bailando por un sueño y las prácticas onanistas derivadas. Por su parte, una pura demanda (un “te quiero coger”), sin ningún título en el bolsillo como fundamento, engendra, sin duda, un infructuoso y ridículo “hombre de recursos”.
En suma, podemos reducir lo enunciado hasta ahora en el siguiente principio básico:
Coger = “te quiero coger” + erección
Más de un hijo y Castración
¿Qué pasa si una mujer tiene dos hijos? Suponemos, con Freud, que el primero la resarció del pene. Entonces: ¿por qué tener un segundo hijo? El equipo concluye que desde el segundo hijo para adelante, la prole ha sido no deseada, o bien es tratada como un pene muy pequeño que no sirve para nada, un peninfinitesimal. En términos matemáticos:
Hijo = pene
N = número de hijos
N * Hijos = Pene
Pene/N = Hijos
Es decir, a medida que el número de hijos se incrementa, el tamaño del pene se reduce. Hay una disminución del pene inversamente proporcional al número de hijos.
Otra hipótesis, esgrimida por Hans Frotennberg -del Instituto Vienissima de Salchichas y Penes- sostiene que el segundo y tercer hijo vendrían a ocupar, más bien, el lugar de los testículos. En éste sentido, El Dr. Frotennberg postula un segundo y hasta un tercer complejo de castración en el caso de aquellas madres a las que simplemente “les rompen las bolas” sus hijos. Hasta ahora, ésta teoría no ha podido dar cuenta de un número mayor de 3 hijos.
Horizonte clínico
El fructífero equipo de investigación inventó un método para medir el progreso de un paciente en términos cuantitativos, “al mejor estilo ciencia dura pero lo suficientemente ‘subjetivo’ para el uso de los analistas”, comentó Godoy. El método se basa en la ecuación proporcional de Freud-Fermat (abreviada “F cuadrado”) que mide cantidad de huellas mnémicas inconscientes y el número de aquellas de las que uno se acuerda, para hacer una proporción tangencial que resulta en un número del 1 al 10. Adjuntamos un práctico test para averiguar su puntaje “F cuadrado” y el significado en términos práctico-clínicos del resultado.
TEST:
1) ¿De qué edad data su primer recuerdo?
a) menos de un año de vida.
b) menos de dos años.
c) menos de diez años.
d) ayer por la tarde no se que hice.
2) ¿Se acuerda haber vivenciado la escena primaria (coito de padres)?
a) Sí, como si fuera ayer.
b) Tengo un leve recuerdo.
c) No, para nada.
d) Nunca la puse.
3) ¿Sueña historias racionales?
a) Sí, nunca un sueño raro.
b) La gran mayoría de mis sueños son racionales.
c) No entiendo como puedo soñar tantas locuras.
d) Ayer soñé que Dios existía.
4) ¿Mató a su mamá en algún sueño o fantasía diurna?
a) Siempre.
b) A veces, pero ojo que siento angustia ¿eh?
c) No. A la vieja la quiero mucho. Muchísimo.
d) Jamás. Lo último que soñé es que mi papá me la cortaba.
Obtenga su “F cuadrado”:
Asigne a la pregunta 1) 10 puntos, el doble a la 2), el triple a la 3) y sume 10 puntos y divida por 8 para los puntos de la 4). Ahora sume 1, 2, 3 o 4 puntos según haya elegido las respuestas c), a), d) o b).
• Si obtuvo entre 1 y 10 puntos, usted es normal.
• Si obtuvo entre 11 y pi a la quinta puntos, usted es un(a) desmemoriado(a) y pajero(a) del orto.
• Si obtuvo más de pi a la quinta puntos, usted es perverso(a) insatisfecho(a) con aires de transexual.
• Si obtuvo entre pi a la quinta y e a la 25 puntos, usted es un(a) hijo(a) de remil putas.
Y si usted es estudiante de psicología y se pregunta qué mierda es pi o qué carajo es e, entonces se confirma que los estudiantes de psicología no saben nada de matemáticas, y por eso está bien que se haya impuesto esa materia como obligatoria en el CBC. Ya as hora de que aquellos que hayan elegido la Psicología por fobia a los números… ¡Empiecen su tratamiento!
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